GAMBIA: recargando pilas

Viajar a AFRICA es algo que le recomiendo a todo el mundo, al menos una vez en la vida. Bueno, quizás no es un viaje para todo el mundo. Abstenerse comodones, orgullosos, burgueses, samaritanos de pacotilla, pijos, snobs, y toda aquella persona insensible por naturaleza. Tampoco se lo recomendaría a aquellos que coleccionan viajes, ese tipo de personas que viaja y viaja sin importarle donde, pero eso sí, mientras más lejos mejor y mientras más pobre el país mejor, así salen fotos más chulas con basura y gente harapienta. En fin, África es lo que tiene, te apasiona incluso antes de ir. Si no te pasa eso, mejor no vayas nunca, África te lo agradecerá.

Si el presupuesto lo permite, puedes recorrer Mozambique, o Namibia o Zambia, huir de los sitios turísticos y pasarte unos meses recorriendo el continente. Si no tienes ni un duro, como yo, confórmate con el país de la sonrisa: Gambia (que no es poco). Un lugar maravilloso, donde conocer gente, practicas inglés, y ves cómo vive la mayor parte del mundo, sin electricidad, ni carreteras asfaltadas, ni tele de plasma.

En Gambia puedes ir tranquilamente por la calle, nunca estás sólo/sola, tienes algo de infraestructrua turística que te hace la estancia más cómoda sin ser algo exagerado.
En Gambia te sientes bien, y lo mejor de todo, recuperas la esperanza en la solidaridad humana. Sí, la gente te ayuda en lo que necesites, hay aprovechados, como en todos los sitios, pero en general hay un buen rollo impresionante, casi te parece imposible.