Una realidad esperanzadora

MANUEL PATARROYO

Este científico colombiano en 1986 descubrió una vacuna sintética contra la malaria. Esta enfermedad mata a 3 millones de personas anualmente, en especial afecta a niños menores de cinco años, particularmente en el Àfrica Subsahariana.

Cuando descubrió la vacuna renunció a hacerse rico, negandose a vender la patente a las multinacionales farmacéuticas. Lo que hizo fué donarla a la Organización Mundial de la Salud para que su producción masiva no estuviese penalizada por la existencia de patentes que encariciesen el medicamento.

En la actualidad sigue trabajando en el Instituto de Inmunología de Colombia, en Bogotá. Actualmente se concentra en el mejoramiento de la vacuna contra la malaria y adicionalmente contra la tuberculosis, la lepra y el cáncer de útero.

En su reciente visita a Murcia afirmó que el calentamiento global provocará el desarrollo de enfermedades tropicales en zonas del mundo, como Europa, en las que en la actualidad no son habituales.

Cuenta con 21 títulos Honoris Causa, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias en 1994 y en 1996 la nacionalidad española.

Esperemos que pronto le den el Premio Nobel. Necesitamos más personas como él.

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